lunes, 3 de septiembre de 2012

Y es que mi cama huele a ti.


Me acuerdo de como me olía el pelo y de como me susurraba en el oído. Creo que son cosas que nunca olvidaré: por suerte o por desgracia. Me decía que echaría de menos el olor de mis cabellos, y posiblemente ya no le de importancia ni a que los olió. Yo también le olia a cada instante, y me encantaba llevarme su aroma a la cama, en las manos, en mi ropa. Yo no le dije que iba a necesitar ese olor en mi dia a día, pero lo estoy necesitando y echando en falta tanto, que creo que me voy a volver loca. Ahora me pregunto como pude vivir sin olerlo antes, como pude acercarme a él y no notar ese olor propio, que no es de champú, ni de gel de baño, sino que está en su piel, 24/7 y que si le rozas te lo llevas unos breves instantes. Pero yo le tocaba. Pasaba las horas muertas tocándole el pelo, hablando con otra gente mientras mentalmente le acariciaba el brazo. Le agarraba la camiseta, le acariciaba la oreja, le hacía escalofríos. Y él me olía el pelo, me soplaba en la oreja y para acabar me decía te quiero.
Y para acabar nos separamos, dijo adiós mientras yo pensaba en lo peor. Que casualmente es lo que esta ocurriendo ahora.

                                                                                                                                     
                                                                                                                                     Te echo de menos.

1 comentario:

Minspirando. dijo...

Holaaa!
da pena, pero a veces pasa..
nose porque tiene pinta de haber sido un amor de verano y uno de los dos se tiene que ir no?
Miralo como algo bonito, que has vivido el amor, que lo has disfrutado.
Un saludo!