-¿Por qué lo has hecho?
-Por ti.
-¿Por mí?
-Sí, por ti. Por tu pelo, por tus ojos, por tu cuerpo, por tu sonrisa… por ti.-Estás loca.-Puede ser, pero ahora me quieres.
-No te lo puedo negar, pero tampoco te voy a negar que me da rabia.
-A mí me encanta, porque supongo que he llegado a mi objetivo.
-Que triste…
-¿El qué?
-Tu objetivo, que sea yo. Todo esto para darme un beso y oír un te quiero de mis labios.
-No exactamente… Todo esto para darte un beso cada día de mi vida y para escuchar un te quiero de tus labios como mínimo cada hora.
-Me siento como un objeto, un muñeco de pruebas que…
-Calla calla, no digas nada, porque sabes que no.
-Si bueno… Si no supiese lo que sientes y tú no tuvieses esos ojos tan precios me levantaría y me iría.
-Jajá jajá, exageras Antonio.
-No de verdad, si llego a saber todo esto antes…
-¿Si llegas a saberlo? ¡Nunca te tendrías que haber enterado!
-Pero lo he hecho y me das pena, vergüenza… puff, son demasiados sentimientos, demasiadas ideas amontonadas que quieren salir pero no pueden, se amontonan. ¿Y todos tus sueños? ¿Lo que querías ser de mayor? ¿Todo eso que me ha contado María? Ir a la universidad, tener una buena casa, un muy buen trabajo, tres hijos, un marido que gane el sueldo de un futbolista… ¿Qué ha pasado con esas ideas que tenias en tu cabeza?
-Sabes que no soy cursi y no Antonio, no desaparecieron el día que te vi. Pero desaparecieron cuando estaba hasta el cuello de esta puta historia y cuando me dí cuenta de la gravedad del asunto, de la hondura de los sentimientos.
-Pero pudiste arreglarlo, huir, salir con ese otro chico… Pablo, eso Pablo. Él te podía haber dado eso y más y ni siquiera tenías que cambiar, el te quería como eras. Nadie te reconoce y lo sabes. Eres algo que no quieres ser, por fuera y por dentro. ¡Qué es imposible reconocerte en una foto de hace unos años, coño!
-Por favor calla. Sé que he matado, he mentido, he vomitado todo lo que mi cuerpo ingería, he pegado, he robado y te he enamorado. Sí no me quisieras tanto diría que ya me puedo morir tranquila.
-¡Ni lo sueñes!
-Odio lo que soy, pero adoro mi lucha, mi constancia, esa que nunca tuve, y mi fuerza de voluntad. Adoro quererte y que me quieras pequeño.
-Enserio, no se que decir…
-Pues no digas nada.…
-¡No me beses! Lo único que haces es cortarme las palabras, dejarme sin aliento y mezclarme las ideas. Nunca he sentido esto por una chica y creo que eres única.
-Yo tampoco había sentido esto antes, menos mal. Pero llevamos casi un año y medio juntos y siento que eres el hombre que me llena, el que he estado esperando siempre.
-No, no me entiendes. A veces siento que, que, que soy tonto, que estoy con una loca. A veces siento que te tengo que dejar, olvidarte porque estás obsesionada.
-Antonio…
-Me siento raro al ver que alguien halla hecho todo esto por mí porque siento que no tendría que haber sido a sí, me da pena.
-Te entiendo y lo siento.
-Nunca debí de enamorarme. Alguien que aparece de pronto en mi vida y me resulta perfecta, poco a poco más perfecta. Nunca debí de quedar contigo…
-¿Te acuerdas? Yo no quería ser una chica más en tu vida yo quería ser la chica de tu vida.
-Y lo eres. Eres la chica de mi vida a la que solo puedo ver dos horas a la semana porque está en esta mierda de cárcel por mi culpa. No sonrías, a mí no me hace ninguna gracia.
-Guárdate la carta y no te quejes tanto, queda poco a si que no pierdas el tiempo.
-Por ti.
-¿Por mí?
-Sí, por ti. Por tu pelo, por tus ojos, por tu cuerpo, por tu sonrisa… por ti.-Estás loca.-Puede ser, pero ahora me quieres.
-No te lo puedo negar, pero tampoco te voy a negar que me da rabia.
-A mí me encanta, porque supongo que he llegado a mi objetivo.
-Que triste…
-¿El qué?
-Tu objetivo, que sea yo. Todo esto para darme un beso y oír un te quiero de mis labios.
-No exactamente… Todo esto para darte un beso cada día de mi vida y para escuchar un te quiero de tus labios como mínimo cada hora.
-Me siento como un objeto, un muñeco de pruebas que…
-Calla calla, no digas nada, porque sabes que no.
-Si bueno… Si no supiese lo que sientes y tú no tuvieses esos ojos tan precios me levantaría y me iría.
-Jajá jajá, exageras Antonio.
-No de verdad, si llego a saber todo esto antes…
-¿Si llegas a saberlo? ¡Nunca te tendrías que haber enterado!
-Pero lo he hecho y me das pena, vergüenza… puff, son demasiados sentimientos, demasiadas ideas amontonadas que quieren salir pero no pueden, se amontonan. ¿Y todos tus sueños? ¿Lo que querías ser de mayor? ¿Todo eso que me ha contado María? Ir a la universidad, tener una buena casa, un muy buen trabajo, tres hijos, un marido que gane el sueldo de un futbolista… ¿Qué ha pasado con esas ideas que tenias en tu cabeza?
-Sabes que no soy cursi y no Antonio, no desaparecieron el día que te vi. Pero desaparecieron cuando estaba hasta el cuello de esta puta historia y cuando me dí cuenta de la gravedad del asunto, de la hondura de los sentimientos.
-Pero pudiste arreglarlo, huir, salir con ese otro chico… Pablo, eso Pablo. Él te podía haber dado eso y más y ni siquiera tenías que cambiar, el te quería como eras. Nadie te reconoce y lo sabes. Eres algo que no quieres ser, por fuera y por dentro. ¡Qué es imposible reconocerte en una foto de hace unos años, coño!
-Por favor calla. Sé que he matado, he mentido, he vomitado todo lo que mi cuerpo ingería, he pegado, he robado y te he enamorado. Sí no me quisieras tanto diría que ya me puedo morir tranquila.
-¡Ni lo sueñes!
-Odio lo que soy, pero adoro mi lucha, mi constancia, esa que nunca tuve, y mi fuerza de voluntad. Adoro quererte y que me quieras pequeño.
-Enserio, no se que decir…
-Pues no digas nada.…
-¡No me beses! Lo único que haces es cortarme las palabras, dejarme sin aliento y mezclarme las ideas. Nunca he sentido esto por una chica y creo que eres única.
-Yo tampoco había sentido esto antes, menos mal. Pero llevamos casi un año y medio juntos y siento que eres el hombre que me llena, el que he estado esperando siempre.
-No, no me entiendes. A veces siento que, que, que soy tonto, que estoy con una loca. A veces siento que te tengo que dejar, olvidarte porque estás obsesionada.
-Antonio…
-Me siento raro al ver que alguien halla hecho todo esto por mí porque siento que no tendría que haber sido a sí, me da pena.
-Te entiendo y lo siento.
-Nunca debí de enamorarme. Alguien que aparece de pronto en mi vida y me resulta perfecta, poco a poco más perfecta. Nunca debí de quedar contigo…
-¿Te acuerdas? Yo no quería ser una chica más en tu vida yo quería ser la chica de tu vida.
-Y lo eres. Eres la chica de mi vida a la que solo puedo ver dos horas a la semana porque está en esta mierda de cárcel por mi culpa. No sonrías, a mí no me hace ninguna gracia.
-Guárdate la carta y no te quejes tanto, queda poco a si que no pierdas el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario