jueves, 7 de julio de 2011

Discúlpame, futuro.

Perdón por no tener ganas de hablarte, perdón por no pensar lo debido en ti. Discúlpame por no hacer nada por besarte ni abrazarte y también discúlpame por no abrirte las puertas de mi casa para que te sientes en mi sofá, uses mi cocina y mi baño y te tumbes junto a mí en la cama de mis padres. Absuélveme de la culpa de no  tener ganas de pasar una tarde contigo o de ir de compras para que veas como me quedan esos pantalones ajustados. Perdóname por solo querer huir de la realidad con cosas banales como el gimnasio, leer o ver la tele. Discúlpame por no buscarte lo suficiente y también porque quizás te tengo muy cerca y no me doy cuenta o lo que es peor, paso de ti. Lo siento. Olvida todo lo malo que aquí te cuento, y también olvida lo que no te he dicho porque  ni yo misma me atrevo a reconocerlo. Lo siento, por seguir sintiendo por él, y porque él no, porque yo sí, hoy, mañana, ayer, antes de ayer, y pasado también. Perdón por no buscarte, aunque sí que te quiero a mi lado. De nuevo, perdón por no buscarte, hoy no, no tengo ganas, ni hace un mes, ni tampoco hace un mes ni tres días tenía ganas.
 Bien tú lo sabes:                                                                                                       desde él día en que ÉL se cruzó en mi vida, 



me creó ilusiones, 
                                                                          y se fue...

No hay comentarios: