Mis párrafos favoritos....
.El pelo corto, casi al rape, a ras del peine y alto en el cuello como un marine, una cazadora Levi's oscura.
En cuello levantado, un Malboro en la boca, las Ray-Ban en los ojos. Tiene aire de duro, aunque no lo necesite. Una sonrisa preciosa, a pesar de que no sean muchos los que han tenido la suerte de poder apreciarla.
.El sol está ascendiendo en el cielo, es una bonita mañana. Ella se dirige al colegio, él todavía no ha ido a dormir desde la noche anterior. Un día cualquiera. Solo que ambos se encuentran en el semáforo. Y por eso ese día no será como los demás.
Rojo.
Él la mira.
.+Tengo ganas de verlo, hace dos días que no hablamos. Sus amigos me han dicho que él no llama nunca.
-¿Por qué? ¿A ti te ha llamado?
+¡ Sí !
-Bueno, tal vez se haya equivocado de número.
+¿Dos veces?
.Babi lo mira. Que tipo. Tiene una sonrisa preciosa. Qué lástima que tenga tantos defectos. En lo tocante al carácter. Sobre el físico no tiene nada que objetar. Al contrario. Decide sonreírle. A fin de cuentas, no le supone un gran esfuerzo.
.-Ay, Babi, Babi. Así no se puede. Soy un cerdo, un animal, una bestia, un violento. Dices, dices, pero al final consientes... y hasta te dejarías besar. ¿Ves cómo eres? ¡Eres una incoherente!
+¡Y tú un cabrón !
.madda es la mujer que le va. Luego de repente, recuerda el extraño perfume de su cazadora. Es Cronne. Recuerda también a quién pertenece. Y, por un momento, en la oscuridad de aquella habitación, deja de estar tan seguro.
.+Soy feliz. Jamás me he sentido tan bie, ¿y tú?
-¿Yo? Yo estoy de maravilla.
+¿Hasta el punto de llegar a tocar el cielo con un dedo?
-No, así no.
+¿Ah, no?
-Mucho más. Al menos tres metros sobre el cielo.
.Apenas puede creerlo. En lo alyo, por encima de los demás, un graffiti domina al resto, imborrable. Está allí, azul como sus ojos, tan bonito como siempre lo deseó. Su corazón se acelera. Por un momento, le parece que todos pueden oírla, que todos pueden leer aquella frase, justo como está haciendo ella en ese momento. Está allí, en lo alto, inalcanzable "TU Y YO... TRES METROS SOBRE EL CIELO".
.Nadie puede amar como amamos nosotros, nadie sufre como sufrimos nosotros. Ese dolor de tripa, precisamente, "lo tengo yo, y no tú".
.Se dice que, cuando uno muere, ve pasar ante sus ojos los momentos más significativos de su vida. De modo que Step trata de alejar todos aquellos recuerdos, aquellos pensamientos, aquel dulce sufrimiento. Pero, de golpe, lo entiende. Todo es inútil. Todo se ha acabado.
.-¿Sí?
+Hola.
Permanece por un momento en silencio, sin saber qué decir, dejando que su corazón corra desatado. Hacía ya más de dos meses que no latía así. Luego viene la pregunta banal:
+¿Cómo estás?
Le siguen muchas más, llenas de entusiamos. Poco a poco, lo va perdiendo, al oír sus palabras inútiles, llenas de noticias urbanas, de novedades de interés ya caduco, al menos para él. ¿Por qué habrá llamado? Escucha aquella vana cháchara sin dejar de hacerse ni po un momento la misma pregunta. ¿Por qué habrá llamado? Se entera de golpe.
-Step... estoy saliendo con otro.
Enmudece, siéndose golpeado como no lo ha sido nunca, aquello hace más daño que los mil puñetazos, heridas, caídas, más que los cabezazos en la cara, los mordiscos, los tirones de pelo. Entonces, haciendo un esfuerzo, busca su voz, la encuentra allí, en el fondo de su corazón, y la obliga a salir, a controlarse.
+Espero que seas feliz.
.De algo estoy seguro. No podrá quererla como la quería yo, no podrá adorarla en ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara. Es como si solo a él le hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer en verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos. Ningún hombre podrá ver nunca lo que yo he visto. Y él menos que ninguno. Él, real, cruel, inútil, material. Se lo representa así, incapaz de amarla, deseando solo su cuerpo, incapaz de verla verdaderamente, de entenderla, de respetarla. Él no se divertirá con esos tiernos caprichos. Él no amará incluso su mano pequeña, sus uñas comidas, sus pies ligeramente regordetes, aquel diminuto lunar escondido, aunque no tanto, a fin de cuentas. Puede que lo vea así, sí, que terrible sufrimiento, pero nunca será capaz de amarlo. No de aquel modo.
+
.El pelo corto, casi al rape, a ras del peine y alto en el cuello como un marine, una cazadora Levi's oscura.
En cuello levantado, un Malboro en la boca, las Ray-Ban en los ojos. Tiene aire de duro, aunque no lo necesite. Una sonrisa preciosa, a pesar de que no sean muchos los que han tenido la suerte de poder apreciarla.
.El sol está ascendiendo en el cielo, es una bonita mañana. Ella se dirige al colegio, él todavía no ha ido a dormir desde la noche anterior. Un día cualquiera. Solo que ambos se encuentran en el semáforo. Y por eso ese día no será como los demás.
Rojo.
Él la mira.
.+Tengo ganas de verlo, hace dos días que no hablamos. Sus amigos me han dicho que él no llama nunca.
-¿Por qué? ¿A ti te ha llamado?
+¡ Sí !
-Bueno, tal vez se haya equivocado de número.
+¿Dos veces?
.Babi lo mira. Que tipo. Tiene una sonrisa preciosa. Qué lástima que tenga tantos defectos. En lo tocante al carácter. Sobre el físico no tiene nada que objetar. Al contrario. Decide sonreírle. A fin de cuentas, no le supone un gran esfuerzo.
.-Ay, Babi, Babi. Así no se puede. Soy un cerdo, un animal, una bestia, un violento. Dices, dices, pero al final consientes... y hasta te dejarías besar. ¿Ves cómo eres? ¡Eres una incoherente!
+¡Y tú un cabrón !
.madda es la mujer que le va. Luego de repente, recuerda el extraño perfume de su cazadora. Es Cronne. Recuerda también a quién pertenece. Y, por un momento, en la oscuridad de aquella habitación, deja de estar tan seguro.
.+Soy feliz. Jamás me he sentido tan bie, ¿y tú?
-¿Yo? Yo estoy de maravilla.
+¿Hasta el punto de llegar a tocar el cielo con un dedo?
-No, así no.
+¿Ah, no?
-Mucho más. Al menos tres metros sobre el cielo.
.Apenas puede creerlo. En lo alyo, por encima de los demás, un graffiti domina al resto, imborrable. Está allí, azul como sus ojos, tan bonito como siempre lo deseó. Su corazón se acelera. Por un momento, le parece que todos pueden oírla, que todos pueden leer aquella frase, justo como está haciendo ella en ese momento. Está allí, en lo alto, inalcanzable "TU Y YO... TRES METROS SOBRE EL CIELO".
.Nadie puede amar como amamos nosotros, nadie sufre como sufrimos nosotros. Ese dolor de tripa, precisamente, "lo tengo yo, y no tú".
.Se dice que, cuando uno muere, ve pasar ante sus ojos los momentos más significativos de su vida. De modo que Step trata de alejar todos aquellos recuerdos, aquellos pensamientos, aquel dulce sufrimiento. Pero, de golpe, lo entiende. Todo es inútil. Todo se ha acabado.
.-¿Sí?
+Hola.
Permanece por un momento en silencio, sin saber qué decir, dejando que su corazón corra desatado. Hacía ya más de dos meses que no latía así. Luego viene la pregunta banal:
+¿Cómo estás?
Le siguen muchas más, llenas de entusiamos. Poco a poco, lo va perdiendo, al oír sus palabras inútiles, llenas de noticias urbanas, de novedades de interés ya caduco, al menos para él. ¿Por qué habrá llamado? Escucha aquella vana cháchara sin dejar de hacerse ni po un momento la misma pregunta. ¿Por qué habrá llamado? Se entera de golpe.
-Step... estoy saliendo con otro.
Enmudece, siéndose golpeado como no lo ha sido nunca, aquello hace más daño que los mil puñetazos, heridas, caídas, más que los cabezazos en la cara, los mordiscos, los tirones de pelo. Entonces, haciendo un esfuerzo, busca su voz, la encuentra allí, en el fondo de su corazón, y la obliga a salir, a controlarse.
+Espero que seas feliz.
.De algo estoy seguro. No podrá quererla como la quería yo, no podrá adorarla en ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara. Es como si solo a él le hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer en verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos. Ningún hombre podrá ver nunca lo que yo he visto. Y él menos que ninguno. Él, real, cruel, inútil, material. Se lo representa así, incapaz de amarla, deseando solo su cuerpo, incapaz de verla verdaderamente, de entenderla, de respetarla. Él no se divertirá con esos tiernos caprichos. Él no amará incluso su mano pequeña, sus uñas comidas, sus pies ligeramente regordetes, aquel diminuto lunar escondido, aunque no tanto, a fin de cuentas. Puede que lo vea así, sí, que terrible sufrimiento, pero nunca será capaz de amarlo. No de aquel modo.
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